¿Cómo cambiar la goma de la nevera?

El mantenimiento de nuestro frigorífico es algo muy importante para conseguir alargar la vida útil del mismo, teniendo en cuenta todas las piezas que lo componen. Cambiar goma nevera es una de esas tareas a las que tenemos que enfrentarnos, sobre todo cuando se hace patente que esta se encuentra en mal estado.

La importancia de esta pieza es mucha más de la que se podría pensar, algo por lo que debemos darle un mimo especial. Y es que la goma es fundamental para mantener la temperatura en el interior del electrodoméstico, ya que se encarga de cerrar herméticamente la puerta.

Si la goma deja de cumplir con su función, no solo veremos como nuestros alimentos pasan a encontrarse en un mal estado de conservación, sino que también se verá aumentada de forma bastante significativa nuestra factura de la luz. Esto se debe a que el frigorífico hará un esfuerzo extra para intentar alcanzar la temperatura que tenemos marcada, teniendo por tanto un consumo de electricidad mucho mayor.

¿Cuándo cambiar la goma de la puerta del frigorífico?

Ahora que conocemos bien cuál es la funcionalidad que de la goma y la importancia que tiene dentro del funcionamiento de nuestros equipos, llega la pregunta clave. ¿Cuándo tenemos que cambiarla?

Seguramente si estás aquí es porque ya has notado un cierto deterioro en ella, pero independientemente de que sea o no tu caso, hay una serie de situaciones que podemos tener en cuenta para saber el estado en el que se encuentra y ver si es necesario cambiarla.

Obviamente la primera de ellas es apreciar visualmente que la goma está rota. Afortunadamente es un caso poco común, pero debemos tener en cuenta que puede darse en frigoríficos muy antiguos y que se han cuidado poco.

Ante este caso tenemos que proceder a cambiar la goma de inmediato, porque una goma rota siempre va a dificultar que el electrodoméstico se cierre correctamente, impidiendo que se mantenga la temperatura en el interior.

Algo menos perceptible cuando abrimos la nevera para buscar algún alimento es apreciar la existencia de fisuras en el cuerpo de la goma. Esas fisuras pueden tener una mayor o menor profundidad, pero en cualquier caso suponen un claro síntoma de deterioro de la pieza.

A diferencia del caso anterior, con las fisuras no podemos decir imperativamente que haya que cambiar la goma de inmediato, pero sería bastante recomendable sobre todo en caso de que esas fisuras sean muy profundas. Si no vamos a hacerlo, lo mínimo que debemos hacer es estar pendientes de la evolución de las mismas, para cambiar la goma cuando apreciemos que la cosa va a más y así evitar males mayores.

Una situación bastante más imperceptible pero que también puede darse es que haya una leve separación entre la junta de goma y el propio frigorífico. Aquí debemos saber que es absolutamente imprescindible que no haya ningún tipo de separación entre ambas.

Puede darse el caso de que la separación sea tan leve que apenas sea visible para nuestros ojos. Por este motivo también es interesante tratar de usar nuestros oídos para comprobar si se escucha el típico silbido producido por el viento, como señal inequívoca de que el aire está saliendo del electrodoméstico.

Ante la evidencia de que efectivamente tenemos un problema de filtración provocado por la separación de la goma, también debemos tratar de cambiarla, aunque los alimentos se estén conservando aparentemente bien. Decimos esto porque puede darse el caso anteriormente mencionado de que el equipo esté haciendo un sobreesfuerzo para equilibrar ese desperfecto, pudiendo llevarnos un susto posterior con la factura de la luz.

En el caso de los congeladores, un síntoma bastante evidente de que tenemos un problema con la goma es encontrarse el equipo congelado. Aunque hay otros motivos que poden llevar al congelador a esta situación, si observamos que la goma está muy deteriorada, podemos tener certeza de que es la responsable del problema.

¿Cómo cambiar la junta de goma de la puerta de la nevera?

Puede que en vistas a nuestros consejos de más arriba te hayas decidido a cambiar la junta de goma de la puerta de tu nevera, en busca de que tu electrodoméstico vuelva a dar el rendimiento habitual.

A continuación, te vamos a dar una serie de pasos por si quieres proceder al cambio por ti mismo, pero debes tener en cuenta que hay que ser muy preciso para ponerla bien, ya que un error puede hacer que volvamos a tener el mismo problema.

En este sentido, la mejor manera de quedarnos tranquilos es llamar al servicio técnico de la marca de nuestro electrodoméstico, que seguro va a saber encargarse a la perfección de reponer la goma con los mejores resultados.

En cualquier caso, así es como debe procederse al cambio de la goma del frigorífico:

1. Desenchufar el electrodoméstico de la corriente. Esto es solo por nuestra propia seguridad, ya que vamos a estar manipulando el frigorífico con nuestras manos.
2. Sacar los alimentos de la nevera. Aunque nuestra tarea se vaya a centrar en la puerta del frigorífico, nos vamos a llevar un tiempo con el equipo abierto y puede haber alimentos que sufran con una exposición prolongada.
3. Retira la goma defectuosa. Aquí es donde viene la gran dificultad, y es que no todas las neveras usan el mismo mecanismo para implantar sus gomas. La mayoría van sobre riel, pero si tu frigorífico tiene ya una cierta edad, puede que la goma venga fijada a la puerta con tornillos. Lo importante es que lo tengamos en cuenta porque el montaje de la nueva tiene que ser igual.
4. Limpiar la zona. Este paso es de los más importantes. Debemos dejar la zona bien limpia para que la goma se pueda colocar perfectamente en su zona y estando al mismo nivel en todo el recorrido.
5. Poner la goma. Montamos la goma que hemos comprado de la misma forma en que retiramos la vieja. Recalcamos de nuevo que hay que ser muy precisos. Pues así es como se procede a cambiar goma nevera. Si tienes dificultades y necesitas la ayuda de profesionales, recuerda que puedes llamarnos para que procedamos a la reparación de tu equipo.